Aprende a preparar unos bollos de canela perfectos 

El secreto para unos bollos de canela tiernos

Atempera los ingredientes
Saca todo con antelación. Cuando la leche, la mantequilla y los huevos están a la misma temperatura, la masa se cohesiona de manera más uniforme y se leva mejor.

Pesa con precisión
¡Invierte en una buena báscula! Cuando empleas tazas medidoras, es fácil echar más harina de la necesaria, lo que se traduce en unos bollos secos. Al pesar los ingredientes te aseguras de trabajar con las proporciones correctas.

Amasa a conciencia
Un buen amasado es la clave para desarrollar cadenas de gluten elásticas, gracias a las cuales la masa del bollo no se desmoronará. Amásala con tu amasadora Assistent Original de Ankarsrum durante al menos 10 minutos. 

No escatimes en el relleno
El secreto para unos bollos que se funden en la boca reside en el relleno. Usa mantequilla, azúcar y canela en abundancia, y esparce la mezcla de manera uniforme por toda la superficie hasta llegar al borde.

Bollos de canela clásicos

Tiernos, esponjosos y rellenos de canela. El eterno favorito que siempre triunfa.

Más consejos para el bollo perfecto 

Emplea azúcar moreno en el relleno
A diferencia del blanco, el azúcar moreno o moscabado aporta profundidad y un sabor acaramelado. Al mezclarlo con la canela, el relleno es digno de una pastelería tradicional. 

Píntalo con sirope simple
¿Quieres que tus bollos brillen y se mantengan tiernos por más tiempo? Nada más sacarlos del horno, píntalos con un sirope simple (partes iguales de azúcar y agua que se hierven a la vez).

Congela los bollos sin hornear
¿Quieres tener siempre bollos frescos en casa? Congélalos justo después de formarlos, antes del último levado. Luego no tendrás más que descongelarlos, dejar que leven y hornearlos.

Tápalos mientras se atemperan
El bollo sigue desarrollando su sabor y textura mientras se atempera. Tapa la bandeja con un trapo de cocina para retener la humedad; así se mantendrán tiernos y esponjosos durante más tiempo.